El uso de la Inteligencia Artificial (IA) en el mundo digital está revolucionando la forma en que hacemos negocios y nos comunicamos con el público. Una de las aplicaciones más interesantes de la IA en el marketing digital es el uso de Chat GPT y otras herramientas de IA como sustitutos de periodistas y expertos en SEO.
Estas innovaciones nos han llevado a plantearnos una serie de preguntas inevitables. La primera: ¿Puede sustituir Chat GPT la redacción SEO?
La respuesta corta es: no necesariamente. Aunque Chat GPT es un modelo de lenguaje altamente avanzado, todavía no puede reemplazar completamente la creatividad humana y el conocimiento técnico en la redacción SEO. Sin embargo, Chat GPT puede ser una herramienta muy útil para ayudar a los escritores a optimizar sus contenidos para los motores de búsqueda. Por ejemplo, puede sugerir palabras clave relevantes y ayudar a estructurar el contenido de manera más efectiva para mejorar su clasificación en los resultados de búsqueda.
Respecto a la segunda pregunta: ¿La Inteligencia Artificial va a cambiar para siempre la creatividad humana?
De nuevo, la respuesta corta es: no necesariamente. La IA puede ser una herramienta muy útil para los creadores de contenido, pero no puede reemplazar la creatividad humana. La creatividad es algo único y personal que proviene de la experiencia, la cultura y la perspectiva individual de una persona. La IA puede ayudar a generar ideas y sugerir enfoques, pero la creatividad final es algo que solo puede ser aportado por seres humanos.
Y ahora, ¿qué pensarías si te dijéramos que todo lo que has leído hasta ahora es resultado de la IA?
Efectivamente, hemos utilizado Chat GPT para la introducción de este artículo sobre el uso de herramientas basadas en tecnología IA. Queríamos comprobar de primera mano cómo funciona la más mainstream de todas, Chat GPT. Para ello, le indicamos las siguientes directrices para la generación del texto anterior:
“Escribe un artículo para un blog profesional especializado en marketing digital sobre el uso de Chat GPT y las diferentes herramientas de Inteligencia Artificial como sustitutos de periodistas y los expertos en SEO. Contesta a las preguntas «¿Puede sustituir Chat GPT la redacción SEO?» y «¿La Inteligencia Artificial va a cambiar para siempre la creatividad humana?”. Dale un estilo distendido y ameno”.
OpenAI, la empresa tecnológica que ha revolucionado la creación de contenidos
Chat GPT es la gran revolución tech de lo que llevamos de año. Los avances conseguidos por industria tecnológica han cristalizado a través de las herramientas de Inteligencia Artificial. Primero con en generador de imágenes Dall-E, pero después (y en mayor medida), con el chatbot.
Detrás de estas dos herramientas está OpenAI, una startup fundada, entre otros, por el mismísimo Elon Musk. Y en un segundo plano, Microsoft. El gigante informático fundado por Bill Gates es uno de los colaboradores más intensos de la compañía de investigación tecnológica. De hecho, el pasado 24 de enero confirmaron una ampliación en su asociación y entre los mentideros de Silicon Valley se baraja una inversión por parte de Microsoft que superaría los 10 mil millones de dólares.
El sistema de chat creado por OpenAI está basado en el modelo de lenguaje por Inteligencia Artificial GPT-3 (de ahí el nombre). Este modelo cuenta con más de 175 millones de parámetros, lo cual lo convierte en una herramienta capaz de ayudarnos con todo lo relacionado con el lenguaje.
Desde mantener conversaciones a la redacción y creación de artículos, textos, copys para LinkedIn, guiones o incluso la traducción. A Chat GPT le podemos pedir que utilice un tono más serio o distendido, el uso de referencias (¿quieres un remake de ‘La cosa’ de John Carpenter pero con el estilo de Pedro Almodóvar?) o que escriba el código para una página web.
El boom de Chat GPT y de Dall-E (de la que ya hablaremos otro día) ha sacado a bailar a todas las grandes corporaciones tech. Tras el temor inicial y las acusaciones de que no posicionaría los textos generados por IA, Google ya está trabajando en su propia herramienta.
La preocupación de que estos chatbots de Inteligencia Artificial acaben destronando los típicos buscadores ha hecho que Google los acabe abrazando. La compañía activó el código rojo y ya se perfilan versiones de Chat GPT, Dall-E y otras herramientas impulsadas por IA.
Inteligencia Artificial para generar textos, ¿una amenaza o un aliado?
Como si viviéramos en la década de los años 20 y fuéramos Charles Chaplin en ‘Tiempos modernos’, las voces críticas han intentado forzar un alarmismo alrededor de estas herramientas de IA. Paralelamente, y en contraposición, la cultura techie ha elevado Chat GPT a la altura de un Dios digital, dictaminando que por fin hemos llegado a ‘Blade Runner’.
La realidad es que estamos en el amanecer de la Inteligencia Artificial. No tanto en un plano tecnológico, sino más bien en nuestra relación con ella. Hasta finales del año pasado, todo lo relacionado con IA nos llevaba a un episodio de ‘Black Mirror’, pero de repente OpenAI ha sabido aterrizar la tecnología a un nivel profesional y creativo.
Es muy pronto para dictaminar qué pasará con los periodistas, copys o redactores SEO. Google también está trabajando con una herramienta IA para componer música y eso no significará nunca que no volvamos a tener un John Lennon. Entonces, ¿por qué estamos tan asustados?
Es verdad que Chat GPT aún falla cuando le pides ciertos datos o es incapaz de estar actualizada a nivel informativo. Como dicen en este texto de la redacción de LinkedIn Noticias, “ChatGPT es, por ahora, un buscador que escribe mejor que busca sin ser tampoco una maravilla de la prosa”. Aun así, tenemos que esperar que la tecnología avance y traiga consigo todas esas mejoras. Pero lo que nunca podrán añadir como parámetro es el factor humano.
La realidad es que la tecnología IA nunca podrá sustituir ciertos rasgos creativos que son puramente humanos. El uso de la ironía, las referencias, el bagaje cultural, nuestra procedencia, la formación, las relaciones sociales. Todos estos ingredientes forman un background que, consciente o no, lo ponemos a nuestro servicio cuando nos sentamos ante un teclado.
